Un querido Amigo Mío, Francisco Javier Chávez Viteri, Psicólogo de profesión, Hijo de un queridísimo Amigo Lic. Francisco Javier Chávez Guerrero, que fue compañero académico en la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, masón del Rito Mexicano. Chávez Viteri, diariamente me envía a través del WhatsApp, mensajes con frases y anécdotas que son para reflexionar.
Quien, de vosotros, cuando le hablaron de la masonería sintió: un poco de temor y a su vez curiosidad, al decirnos que había que “montar un chivo”, luego sentir que alguien te llevaba tomado del brazo (sin que pudieras ver), y no poderte echar atrás, había que seguir el camino trazado, por los usos y costumbres. Se sintió miedo, verdad.
Pero, pasando el tiempo ese miedo sentido en el inicio, se convierte en alegría al verse uno rodeado de “hermanos”, donde el mar de tinieblas que sentía se convirtió en un océano de conocimientos de la naturaleza y la verdad.
Este trazado, salido de los mensajes que me manda mi amigo Psicólogo Francisco Javier Chávez Viteri, lo expongo en esta noche, porque tiene mucho que vere con lo narrado al principio. El título es: BELLÍSIMA METÁFORA.
“Dicen que antes de entrar en el mar, el río tiembla de miedo.
Mira para atrás todo el camino recorrido, las cumbres, las montañas, el largo sinuoso camino abiertos a través de selvas y poblados, y ve frente de sí un océano tan grande, que entrar en él solo puede justificar desaparecer para siempre.
Pero no hay otra manera, el río no puede volver atrás. Nadie puede volver.
Volver hacia atrás es imposible en la existencia. El río necesita aceptar su naturaleza y entrar en el océano.
Solamente entrando en el océano se diluirá el miedo, porque no solo entonces sabrá el río que no se trata de desaparecer en el océano, sino en convertirse en océano.”
Khalil Gibran.
Nosotros durante nuestra existencia y formación de ciudadano, recorremos un largo camino en el mundo profano, a veces estamos en altos lugares laborales, en otras ocasiones estamos abajo, caminando por ciudades en busca de un lugar en que podamos asentarnos, pero también nos da miedo por la inseguridad de permanecer y perdernos en el torbellino de la falta en oportunidades.
En masonería, sucede algo parecido; sin embargo, la augusta institución que es un océano de conocimientos nos acoge como hermanos para crear el océano donde nos integramos para ser mejores padres, mejores hijos y mejores hermanos; para el Bien General de la Orden y de la Humanidad.
Fraternalmente.
José Neftalí Frías Díaz, M:.M:.